Cuando se trata de poner en marcha una nueva empresa, es vital tener un sentido de propiedad colectiva, pero no siempre está claro cómo deben actuar los fundadores para fomentar esa propiedad compartida en sus equipos. En este artículo, los autores describen una investigación reciente que analizó cómo diferentes tipos de líderes intentan cultivar un sentido de propiedad en su gente, y finalmente concluyen que es más probable que un equilibrio cuidadoso entre la delegación y la dictadura sea efectivo. Continúan sugiriendo que la mejor manera en que los fundadores pueden mantener a sus equipos comprometidos y sus negocios en el buen camino es decidiendo de manera proactiva qué elementos de su idea están abiertos a discusión y cuáles son fijos, y luego comunicando claramente esas distinciones a todos los involucrados.

Muchas empresas nuevas y prometedoras luchan por despegar porque sus fundadores no logran cultivar un sentido de propiedad colectiva, un sentimiento de que la idea de la empresa es "nuestra", y no solo del fundador, en sus equipos. Cuando los equipos se sienten dueños de una idea, son más colaborativos, asumen más riesgos y hacen más sacrificios personales para apoyar el objetivo compartido, y cuando hay una falta de propiedad, los miembros del equipo se desmotivan rápidamente y se vuelven improductivos. Entonces, ¿qué pueden hacer los fundadores para fomentar ese importantísimo sentido de propiedad colectiva?

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